07/02/2017
Los vehículos aéreos no tripulados, o drones, forman parte del nutrido elenco de tecnologías que han nacido en la industria militar y que con el paso del tiempo se han implantado en vida cotidiana, como por ejemplo sucedió con Internet.
Existe diversidad de opiniones sobre los primeros pasos de este tipo de aeronaves, aunque sus primeras aplicaciones constatadas fueron en plena Primera Guerra Mundial. Un siglo después los drones han evolucionado y se combinan con otras tecnologías para la investigación, comercio u ocio.
La empresa Althenia, junto con la Universidad de Málaga, la empresa Nadir, especializada en Geomática, y la Corporación Tecnológica de Andalucía, han iniciado este año un Estudio de Viabilidad Técnica que propone el uso de drones para la conservación de parques y jardines.
El proyecto, titulado UAV-Green, combina cámaras de imagen térmica, sensores multiespectrales y programas informáticos con los drones para generar mapas temáticos que permiten estudiar la cantidad de agua contenida en un terreno, el estado de la vegetación o la existencia de enfermedades. Así se detecta la existencia de una plaga o el estrés hídrico antes de que el ojo humano lo perciba.
La aplicación de la tecnología de manera responsable en beneficio de la sociedad repercute en la mejora de la calidad de vida y en la optimización de los recursos, como en este caso, que el uso de los drones supone en principio un ahorro e implica un servicio más completo, rápido y eficiente.