06/02/2012
En el ámbito de la prevención se forma e informa, aconseja, cuida, preocupa, gestiona, busca mejoras…
Los trabajos de construcción implican mucho riesgo físico y han de estar preservados al milímetro. La obligación del empresario es tener debidamente formados e informados a sus trabajadores, cuidados y protegidos, pero si los propios aludidos no ponen en práctica las medidas de prevención, al final, son ellos mismos los que pagan las consecuencias más duras y directas.
Muchos piensan que si sucede algún accidente laboral, el que asume las cargas es el empresario, pero no son conscientes de que el que paga las consecuencias es el propio trabajador, el que se queda con secuelas, al que le cambia la vida y la de su familia. Por eso, igual que hemos aprendido a ponernos el cinturón de seguridad en el coche y el casco en la moto, y cada vez hay más cultura preventiva en cuestiones de conducción, es imprescindible aprender a ponerse el casco, el arnés, las cuerdas, chalecos reflectantes, etc. en los trabajos de obra.
En Fundación Sando apostamos por crear cultura preventiva entre los trabajadores del sector. Por eso, con la tercera edición del Encuentro Nacional de Seguridad y Salud en la Construcción, celebrado la semana pasada en Málaga, colocamos nuestra piedra para seguir contribuyendo en la mejora, innovación e información, porque “es mejor prevenir que curar”.