Los aglomerados asfálticos son materiales compuestos que se utilizan para la construcción y el mantenimiento de carreteras, pavimentos y otras superficies de tráfico. Estos materiales se componen de una mezcla de agregados minerales (como grava, arena y piedra triturada) y un ligante asfáltico, que es un tipo de betún derivado del petróleo.
Hay dos tipos de aglomerados asfálticos, el aglomerado asfáltico en frío y en caliente, ambos disponibles en Sando Materiales, cada uno con sus propias características y aplicaciones.
El aglomerado asfáltico en frío se compone de agregados minerales y un ligante asfáltico, ambos se mezclan en frío, sin necesidad de calentar el material. Este tipo de aglomerado es adecuado para reparaciones menores de pavimentos y superficies pequeñas, reparaciones temporales o para trabajos de emergencia en carreteras y calles.
Por otro lado, el aglomerado asfáltico en caliente se compone de agregados minerales y un ligante asfáltico, ambos se mezclan calentándolos a temperaturas que oscilan entre los 150 y los 190 grados Celsius. Este tipo de aglomerado se utiliza tanto para la construcción de nuevas carreteras como para el mantenimiento de las existentes. Es más resistente y duradero que el aglomerado en frío, y se aplica utilizando equipos especiales como extendedoras de asfalto y compactadores de rodillos.
Existen distintos tipos de aglomerado asfáltico en caliente, como el SMA (acrónimo en inglés de «Stone Mastic Asphalt»), el aglomerado tipo Densocril, el aglomerado tipo MDC (acrónimo en inglés de «Micro Dense Carpet»), el aglomerado tipo S-SMA (acrónimo en inglés de «Super Stone Mastic Asphaltz»), entre otros. Cada uno de ellos tiene diferentes características y una capacidad de respuesta distinta según vaya a ser el destino y uso que vaya a tener.
Recientemente, Sando Materiales ha terminado el proyecto MAPAS: Modernización y Adaptación de una Planta de Aglomerados Sostenibles en la planta de La Cabaña, en Sevilla. Un proyecto que incide en la sostenibilidad en los pavimentos producidos, reduciendo las emisiones a la atmósfera y el consumo energético utilizando una menor temperatura de fabricación. Además, permite reintroducir el pavimento reciclado al proceso productivo como materia prima, permitiendo la producción anual de 50.000 toneladas de material asfáltico sostenible.