El 23 de diciembre de 2007 se puso en funcionamiento el primer tren de Alta Velocidad que uniría Málaga y Madrid a través de la línea Córdoba-Málaga. Con motivo de esa efeméride, Luis Sánchez Manzano, vicepresidente y consejero delegado de Sando ha participado en una mesa redonda organizada por el Diario Sur en la que se ha evaluado lo que significó su construcción y el cambio que ha vivido Málaga una década después.
El acto, desarrollado en el Museo Pompidou de Málaga, ha estado moderado por el periodista especializado en infraestructuras, Ignacio Lillo, quien de partida le propuso a cada uno de los participantes de la mesa que explicaran su vinculación con la llegada del AVE a Málaga.
El primero en tomar la palabra fue Enrique Salvo Tierra, ex secretario general técnico de Infraestructuras de la Junta de Andalucía, que quiso destacar el frente común que hicieron los políticos malagueños de distinto signo frente al Gobierno para lograr que se construyera la línea de AVE a Málaga antes incluso que a Barcelona: “citaría a tres personajes dignos de elogio, Francisco de la Torre, Concha Gutiérrez del Castillo y sobre todo a Magdalena Álvarez”.
Acto seguido, Luis Sánchez Manzano, vicepresidente y consejero delegado de Sando, relató la intervención de su compañía en dos de los tramos del AVE Córdoba-Málaga, incidiendo en la complicada ejecución de los viaductos Espinazo y Jévar en Álora y lo que significaron estas obras posteriormente: “nuestra experiencia en la construcción del AVE Madrid-Málaga nos ha permitido participar en la práctica totalidad de las líneas de Alta Velocidad del país”.
El turno de palabra continuó con Cristóbal Fernández, consejero delegado de Turismo Andaluz, que profundizó en las tensiones políticas que se produjeron para que la Alta Velocidad pudiera llegar a Málaga. Tras su intervención, el catedrático José Manuel Domínguez y director general de la Secretaría General y Técnica de Unicaja Banco realizó una somera exposición de las repercusiones socioeconómicas de la llegada del AVE Madrid-Málaga, que calificó de “macro bien público colectivo” con enormes efectos positivos.
El debate continuó con las distintas visiones sobre el futuro de la Alta Velocidad, las opciones de mejora y su posible llegada a Marbella. Por último, Julio Andrade, teniente alcalde del Ayuntamiento de Málaga, concluyó la jornada con unas palabras de clausura en las que puso en relieve la coincidencia de los diez años del AVE con la transformación turística que ha experimentado la ciudad.